Septiembre en argentina probablemente es el mes de la educación. Anualmente y de manera tradicional en el noveno mes del año y junto al anuncio de la primavera miles de personas nos llenamos la boca con los “Feliz día” dichos en halago y merito de quienes se dedican a la educación. De esta manera y para homenajear a quienes están del lado de los pupitres se celebra los 21 de septiembre el día del estudiante. En cambio, existen dos fechas distintivas para quienes están del lado del pizarrón.
Cada 17 de septiembre, en Argentina se conmemora el día del profesor y la profesora. Ocurre que esta fecha en nuestro país suele quedar un poco eclipsada por una que le gana de antemano en los días del calendario. Se trata del día del maestro que se conmemora los 11 de septiembre en honor a Domingo Faustino Sarmiento.
La diferencia crucial es que en la ocasión que nos convoca este domingo se tiende a festejar a aquellos profesionales que se encargan de la educación en los niveles secundarios, terciarios y universitarios. La efeméride se colocó en los almanaques con la intención de recordar al escritor, educador y político José Manuel Estrada.
Sea un día u el otro, Estrada o Sarmiento, no cabe duda de que septiembre se presenta en nuestras memorias como el mes para alentar a aquellos que enfrentar la dura tarea de formar a los futuros ciudadanos y profesionales de la Nación. A aquellas personas concretas que forman con trabajo diario la educación que a la que tanto le rogamos que tuerza el brazo de las crudas problemáticas económicas y sociales. En palabras del pedagogo Paulo Freire: “La educación no va a cambiar al mundo sino a las personas que cambiaran al mundo”.
¿Quién fue José Manuel Estrada?
Estrada nació en 1842 y fue un orador y escritor argentino. Realizó importantes estudios sobre historia, educación y política y se desempeñó como docente en escuelas secundarias y universidades, en donde era un férreo defensor de la libertad de cátedra.

Por sus ideas, fue destituido de sus cargos en 1884, lo que causó un gran revuelo y repudio entre sus alumnos. De hecho, muchos fueron a su casa para homenajearlo y agradecerle por sus clases, a lo que el profesor respondió: “De las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad”.
Falleció un 17 de septiembre de 1894, a los 52 años, víctima de una enfermedad. Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta, donde su sepulcro fue declarado monumento histórico.
Estrada es reconocido como uno de los pioneros en la educación argentina. Fue titular de la cátedra de Instrucción Cívica en el Colegio Nacional de Buenos Aires, institución de la cual sería rector años más tarde. En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, estuvo al frente de la cátedras de Derecho Constitucional y Administrativo.