La Iglesia Católica celebra cada 15 de Agosto la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, que tiene por objetivo conmemorar la feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.

Respecto al día, año y modo en que murió la Virgen María nada cierto se conoce. La referencia más antigua de este evento histórico se encuentra en un trabajo griego, el De Obitu S. Dominae, que lleva el nombre de San Juan. Sin embargo, la fe católica derivó su conocimiento de este misterio de la Tradición Apostólica.

La creencia de la Asunción del Cuerpo de María indica que la madre de Dios murió en presencia de todos los Apóstoles; sin embargo, su tumba, abierta a pedido de Santo Tomás, fue hallada vacía, por lo que se concluyó que el cuerpo de la Virgen fue llevado al cielo.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios indican desde la Iglesia Católica.

Cómo rezar por la Asunción de la Virgen:

Alégrate y gózate Hija de Jerusalén
mira a tu Rey que viene a ti, humilde,
a darte tu parte en su victoria.

Eres la primera de los redimidos
porque fuiste la adelantada de la fe.

Hoy, tu Hijo, te viene a buscar, Virgen y Madre:
“Ven amada mía”,
te pondré sobre mi trono, prendado está el Rey de tu belleza.

Te quiero junto a mí para consumar mi obra salvadora,
ya tienes preparada tu “casa” donde voy a celebrar
las Bodas del Cordero:

• Templo del Espíritu Santo
• Arca de la nueva alianza
• Horno de barro, con pan a punto de mil sabores.

Mujer vestida de sol, tu das a luz al Salvador
que empuja hacia el nuevo nacimiento.

Dichosa tú que has creído, porque lo que se te ha dicho
de parte del Señor, en ti ya se ha cumplido.

María Asunta, signo de esperanza y de consuelo,
de humanidad nueva y redimida, danos de tu Hijo
ser como tú llenas del Espíritu Santo,
para ser fieles a la Palabra que nos llama a ser,
también como tú, sacramentos del Reino.

Hoy, tu sí, María, tu fiat, se encuentra con el sí de Dios
a su criatura en la realización de su alianza,
en el abrazo de un solo sí.

Amén.

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